viernes, 2 de mayo de 2025

Silvia



 Silvia

La habitación se quedó en silencio y mi abuelo se recostó sobre el respaldo del sillón. Tuve la intención de acercarme, pero no supe cómo hacerlo. La luz del sol fue perdiendo el brillo de la tarde a través de la ventana, hasta que nos quedamos en penumbra. Ninguno de los dos nos atrevimos a encender la lámpara de la mesita; creo que buscábamos exactamente eso: la intimidad que proporciona la oscuridad. Ese momento en el que comprendes la importancia de lo que dejaste pasar, convencido de que iba a durar para siempre.

Le oí hablar en voz baja, pero no entendí las palabras que se difuminaban entre mis lágrimas y las suyas. Esperé a que diera el primer paso. Uno que no llegó hasta bien entrada la madrugada, cuando el horizonte volvió a iluminarse.

Aún añoro esas horas, porque aprendí más de ellas de lo que estoy dispuesto a reconocer. Era un chaval de apenas catorce años, pero sigo regresando a ese día en busca de consuelo, cuando el torbellino habitual se jacta de mis fallos.

No soltó en ningún momento la mano de la abuela, aferrado a ese diario que recorrió durante la noche entre las arrugas de su piel. Después de besarla en la frente y despedirse de ella, me invitó a acercarme y darle un abrazo. Tras ese gesto, se levantó y llamó por teléfono a papá…

Comprendí, sin ninguna duda, por qué lo había hecho. Aquella espera fue, precisamente, el primer paso para seguir.


Julián García Gallego -Sin palabras mudas-







34 comentarios:

  1. Hola, Julián, creo que es la primera vez que te leo. Me gusta mucho el relato, más lo que no dices que lo que sí. Por lo que cuentas, hay detrás una gran historia de desdichas, o de riñas y enfados, y ese momento donde la verdad de que esto no es eterno se viene al frente para desmoronar cualquiera de los muros que nos construimos con afán de querer aislarnos del mundo. (Ay, la intimidad de la oscuridad... Esa frade es magnífica).
    Un relato delicioso con un giro final sutil pero que, como te digo, revela la magnitud de la historia que nos compartes.
    Muchas gracias por participar y un fuerte abrazo

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    1. Mil millones de gracias, Pepe. Es un placer escuchar críticas sinceras. Estoy convencido de que son las que nos enseñan a mejorar, y son las buenas y las malas las que lo hacen posible. Un abrazo enorme.

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  2. Hola Julián, bienvenido al Tintero, creo que no te habíamos leído por acá o no sé. Te felicito por una muy buena propuesta, hay esperas que como bien dices, son el primer paso. Un relato que resulta entrañable por el tema. Gracias por compartir.

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    1. Hola, Ana. Ya había escrito en otra ocasión, pero estoy metido en tantas cosas que me falta tiempo para llegar a todo. Gracias por leerme. Seguro que seguiré de vez en cuando entre vosotros. Un abrazo.

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  3. Hola Julián, primera vez que te leo. Excelente y conmovedora inauguración. Son las esperas irrenunciables por necesarias al corazón. Me ha gustado mucho. Un saludo

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    1. Un placer, Juana, participar con vosotros en este tipo de encuentros. No soy asiduos a ellos, pero es reconfortante zambullirse en nuevas experiencias literarias. Un abrazo enorme.

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  4. Julián, tu micro me ha llegado de forma muy directa. Esa mezcla de silencio, oscuridad y vínculo familiar está muy bien lograda.

    Me gustó cómo manejas el paso del tiempo en esa habitación, dejando que la emoción vaya entrando poco a poco, sin forzarla. Esas horas calladas entre el abuelo y el nieto dicen mucho sin necesidad de grandes gestos.

    Y ese cierre... tan sencillo como claro: a veces esperar también es empezar a seguir adelante.

    Buen relato, compañero. Un abrazo

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    1. Gracias, Tarkion. Me ha encantado tu reflexión. Es placentero saber que con las palabras llega lo que quieres transmitir, y más en este tipo de relatos en los que el mensaje tiene que estar nítido, ya que la escasez de ellas es la prueba a superar. Una abrazo enorme.

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  6. Hola, Julián, qué bueno verte por aquí de nuevo. No nos vemos por el pueblo, pero sí por aquí, jeje... Te ha quedado un micro redondo, simbolizas muy bien la espera y esa nostalgia del pasado simbolizada en el abuelo. Enhorabuena, Julián.
    Un abrazo. 🤗

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    1. Es cierto. Vamos a tomarnos en serio lo de quedar ya y pasar un buen rato juntos. Tenemos muchas cosas en común. Y quiero hablar contigo de la asociación a la que pertenezco y en la que estamos varios de Miguelturra. Gracias por tu comentario; es muy grato tener buenas críticas. Un abrazo enorme, Merche.

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  7. Hola Julian!
    Una escena muy íntima que rebosa sensibilidad! Me ha gustado mucho como lo has transmitido!
    Un relato que aunque triste me parece muy bonito por su intimidad! Un abrazote!

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    1. Gracias. Es un tema que hay tocar con sensibilidad, transmitiendo la serenidad que requiere lo que quería mostrar. Un abrazo enorme, Marifelita.

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  8. Un micro que araña el corazón. Muestras muy bien el sentimiento de pérdida, el dolor y la serenidad de los protagonistas frente a ese momento final y algo que no se cuenta y está en la base de un relato donde los silencios son tan importantes como las palabras. Estupendo todo, Julián. Me ha gustado mucho.

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    1. Hola, Marta

      Gracias de corazón por tus palabras. Me alegra mucho que el micro te haya llegado y que percibieras esa mezcla de dolor, silencio y serenidad que intenté transmitir. Como bien dices, a veces los silencios dicen tanto o más que lo que se expresa, y en este caso quise que fueran parte fundamental del relato, casi como un personaje más.

      Es muy valioso para mí saber que el texto pudo tocarte de esa manera, y que encontraste en él esa profundidad silenciosa que muchas veces acompaña a la pérdida.

      Un abrazo grande y gracias por leerme con tanta sensibilidad.

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  9. Hola Julián. Tu relato es profundamente emotivo, cargado de sensibilidad y matices que evocan la pérdida, el amor y el aprendizaje silencioso que surge en los momentos de intimidad.
    Es la despedida de un ser querido y el impacto que tiene en un adolescente, narrado con una hábil combinación de las palabras; ni una de ellas sobra. La atmósfera, creada con detalles como la luz que se desvanece, el silencio compartido y la penumbra, es casi tangible, y me sumerge en la intimidad y la vulnerabilidad de los personajes. Logras transmitir una mezcla de tristeza, nostalgia y aprendizaje sin caer en el sentimentalismo excesivo.
    Precioso y profundo.
    Enhorabuena.

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    1. Hola, Marcos

      Muchísimas gracias por tu mensaje. Me emociona saber que el relato te llegó de esa manera y que pudiste conectar con la sensibilidad y la intimidad de la escena. Cuando escribí esta historia, quise retratar esos momentos en los que el silencio dice más que cualquier palabra, donde las emociones se sienten en el aire y nos transforman sin que lo notemos del todo.

      Me alegra saber que la atmósfera logró transmitirse, que los pequeños detalles como la luz, la penumbra o los gestos silenciosos pudieron evocar sensaciones reales. A veces, lo más profundo se da en lo más simple, y leer que lo percibiste así me llena de gratitud.

      Gracias por leerme con tanta atención y por regalarme una lectura tan sentida. Palabras como las tuyas son un impulso enorme para seguir escribiendo.

      Te mando un abrazo grande y mis mejores deseos.

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  10. Hola Julián, tu relato deja huella, mostrando cómo los momentos de espera pueden ser también momentos de aprendizaje y transformación. Abrazos desde Puerto La Cruz, Venezuela

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    1. Hola, Raquel

      Muchas gracias por tus palabras y por tomarte el tiempo de leerme. Me alegra saber que el relato dejó algo en ti. A veces, en medio de la espera, también crecemos por dentro.

      Un abrazo grande desde aquí hasta Puerto La Cruz.

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  11. Hola, Julián, un micro con una historia tan triste como tierna. Ese nieto que cuenta como esa noche y esa larga espera lo marcó, tanto que lo hace rememorar una y otra vez esa espera buscando consuelo.

    El abuelo entregado al silencio y la oscuridad, sumido en una gran tristeza, su compañera de viaje Silvia (la abuela), se estaba marchando para siempre, toda la noche le fue obsequiando su silencio exterior, pero en sus adentros dialogando con ella y en susurros que su nieto no entendió, pidiéndole perdón por sus fallos. Hasta que ya amaneciendo ella expira, él la besa y le dice al nieto que la abrace y llama a su hijo, ahí él logra entender que su abuela ha fallecido.
    Ese, "tuve la intención de acercarme, pero no supe cómo hacerlo", lo hace rememorar esa noche en busca de consuelo, quizás porque se reprocha no haber hecho lo mismo que su abuelo, tomar su mano y decirle lo mucho que la amaba... A veces, hay cosas no dichas a tiempo, que duelen más que la misma pérdida.

    Un micro excelente, con los detalles precisos, donde nada sale sobrando y las emociones se perciben tan latentes que nos trasladan a ese compás de espera triste, inmenso y liberador, ese primer paso para seguir adelante.
    Una noche semejante vivimos con mi padre esa espera, hasta que al amanecer, mi madre falleció, yo llevaba seis meses de embarazo de mi primera hija y eso me ayudó a seguir adelante.

    Un placer disfrutar de tu micro Julián. Buen hacer y felices días.

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    1. Hola, I. Harolina

      Muchas gracias por tus palabras tan sinceras y reconfortantes. Me alegra saber que mi relato resonó contigo de esa manera. Es cierto que hay momentos que marcan nuestras vidas de formas profundas y difíciles de olvidar. Agradezco tu aprecio y comparto contigo ese sentimiento de compasión y fortaleza en tiempos difíciles.

      Un abrazo afectuoso y que tengas unos días llenos de luz y paz.

      Julián

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  12. Hola Julián, me ha conmovido tu historia. Me ha hecho pensar. Es cierto que hay esperas que nos preparan para poder seguir caminando en la vida. Bien contando. Un saludo.

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    1. Hola, Ainhoa

      Gracias de corazón por tu mensaje. Me alegra saber que la historia te hizo sentir y reflexionar. A veces, compartir lo que duele también nos ayuda a sanar un poco.

      Un saludo muy grande y gracias por leerme.

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  13. Todo se insinúa sutilmente. Aunque nada se explica, todo se ve.
    Abrazooo

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  14. Hola Julian, me ha parecido un micro desgarrador, de un final que aunque inevitable se sobre entiende, hay que seguir no queda otra.
    Un abrazo

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    1. Hola! Me alegra mucho que hayas leído mi relato y que te haya impactado de esa manera. Es cierto, a veces los finales son inevitables, pero lo importante es cómo seguimos adelante después de ellos. ¡Un abrazo grande!

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  15. Hola Julián nos dejas un micro cargado de ternura que nos lleva a pensar que los silencios son mas poderosos que las palabras y con un final que non indica que la vida sigue
    Un abrazo

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    1. ¡Hola! Muchas gracias por tus palabras tan bonitas. Me alegra que hayas sentido esa ternura en el relato. A veces, los silencios dicen más que cualquier frase, y sí, la vida sigue... aunque duela.
      Un abrazo fuerte.

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  16. Hola Julián
    para mí también es el primer contacto con tu prosa. Un relato que me conmueve especialmente porque me ha recordado mi despedida de un ser muy amado. Un pequeño momento en el que tuve el privilegio de dar mi adiós a mi abuelo. Los demás de la familia habían salido de la habitación para hablar con el médico y yo compartí con su mejor amigo y compañero, su perro Beltza unos instantes en los que sin apenas palabras, nos dijimos todo. Son instantes que quedan grabados para siempre. Silencios y ternuras, la intimidad que traen las penumbras. Ese momento en el que comprendí la importancia de los pequeños gestos que, por suerte, no dejé pasar atesorándolos y formando con ellos la imagen que siempre me acompañará.
    ¡Bellísimo relato! ¡Felicitaciones! Un abrazo fuerte
    Marlen

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    1. ¡Hola!
      Qué hermoso y emotivo testimonio me compartes… Me siento muy agradecido de que mi relato haya despertado un recuerdo tan íntimo y especial. Ese instante que viviste con tu abuelo y Beltza es pura ternura, una escena que, como bien dices, queda grabada para siempre en el alma. Esos momentos de silencios compartidos, de gestos sencillos y profundos, son los que realmente nos marcan.

      Gracias por tus palabras, por tu sensibilidad y por acercarte a mi prosa con el corazón abierto.
      Un abrazo enorme.

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  17. Espero que vendas un poco menos cara tu presencia por aquí, porque merece muy mucho la pena leerte.
    Un abrazo.

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    1. Mil gracias. Intentaré, en todo lo posible, pasarme por aquí de vez en cuando, porque es muy interesante leer a gente que tiene las mismas ilusiones.

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  18. Hola, Julián.
    Espectacular relato el que has escrito. Tiene mucha fuerza y emoción. Te deja un nudo en la garganta.
    Ojalá te veamos más seguido por el Tintero.
    Saludos.

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    1. Hola, muchísimas gracias por tu comentario. Me emociona saber que el relato ha conseguido tocar el alma, que al final es lo que uno busca cuando escribe desde dentro. Volveré al Tintero, sin duda... es un lugar donde uno se siente en casa. Un abrazo grande y gracias de corazón.

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