Acaricia con suavidad, hijo, esta es nuestra tierra. Tan espléndida que no podría vivir sin su aroma; sus tonos en pastel árido se apoderan del verde que surgió hace unas semanas, pero este es el ciclo natural de nuestro escenario: simple y maravilloso.
Algunos pasan
de largo sin disfrutar de algo tan mágico, y quizás yo sea el equivocado, pero
prefiero deleitarme con los paisajes que recorrieron Rucio y Rocinante, pues me
siento actor protagonista en esta representación. Y, por algún motivo que no
llego a comprender, el sol de La Mancha es cómplice en toda la trama. Déjate
llevar, permite que fluya en tu interior.
Siéntate junto a mí, quiero que
respires profundo y guardes en tu memoria este momento, en el futuro te servirá.
Te aseguro que yo lo hice junto a mi abuelo, y aún revolotea esa imagen para no
dejar de amar este paraíso en el que vivimos.
Sin palabras mudas 11-05-2023
Muy bonito Julián, unas palabras muy tiernas y dulces a esta nuestra tierra. Buena reflexión. Un abrazo. :)
ResponderEliminarCierto que vivimos en un paraíso y hay personas que no se dan cuenta. saludos.
ResponderEliminarQue bonito y sentido relato, así debemos amar la tierra en toda su extensión, pero muy en especial la que nos mostró por vez primera la luz y la que llevamos en nuestras entrañas por haber sido la que inicialmente nos alimentó desde el vientre de la madre.
ResponderEliminarCreo que no hay lugar del planeta que no sea un paraíso en sí, todo es hermoso, es cuestión de saber mirar con atención, valorar y agradecer de todo corazón su protección y dádiva, las penas y alegrías, los días y noches, el frío y calor y sobre todo la esplendorosa belleza natural, que se nos entrega sin pedir nada a cambio, y su pesar nos cuesta admirar y respetar.
Un placer visitarte y leer este micro que le hace honor al Quijote de la Mancha.
Me gusta tanto el título del blog como el subtítulo. un abrazo desde este bello y cálido caribe.