En ocasiones, me encanta abrir mi
álbum de fotos familiar y volver a descubrir esos pequeños recuerdos que la
mente olvida o deja, caprichosamente, acumulados en un rincón. Es como un
cosquilleo que recorre mi columna vertebral, estimulando todos mis sentidos.
Caras y escenas, curvadas y amarillentas por el paso de los años, que me traen
grandes recuerdos de quien soy.
Son flases, con rostros de
amigos, abuelos, tíos, primos, … personas que la vida tuvo a bien detener su
reloj. Todos ellos, enmarcados en lugares en los que vivieron, terminan de
remover algo dentro de mí.
Les brindo mi pequeño guiño.
Inoculados bajo la piel
Tienes un pedacito en ti
Un sello que te hace ser
brillos suyos al nacer
Raíces que te hacen crecer
Pinceladas de su actuar
sabiduría de su caminar
Los sientes dentro de ti
te ayudan a avanzar
Rasgos marcados en tu rostro
que fluyen por tu interior
Pasiones y sin sabores
vestigios que no se borrarán
Fotos en blanco y negro de tu pasado
que brillan con tonos actuales
Resplandecen en cada paso
son tus cimientos para soñar
Tu árbol prospera,
con ramas que se extienden
buscan el aire y el sol
para subir y ascender
No les dejes perder…
Sois el mismo pretérito
idéntico futuro por recorrer…
JYDC (Sin palabras mudas)
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