Desde un lugar etéreo,
a 06 de marzo 2022
Son mi creación. Les doté de
libertad, de la posibilidad de elegir; les otorgué el poder de la inteligencia
—don que limité al resto de los seres vivos, razonar antes de actuar; les puse
a su servicio virtudes, que pudiesen moldear su comportamiento; les entregué el
bien más preciado, amarse para encontrar un punto de apoyo, ¡y todo para nada!
Miran al cielo o buscan las notas aclaratorias culpándose unos a otros. Se
dedican a acusar con el dedo a cualquiera, antes que a sí mismos, son pequeñas
marionetas que no supieron andar sin los hilos de la ignorancia. Pero siento
más tristeza que rabia, atenazado por la incredulidad que se cierne sobre el
futuro que se avecina.
Cada día, resuenan sin parar
las plegarias en mi conciencia, limando y sesgando la ilusión para prestarles
mi ayuda. Estoy horrorizado de verlos comportarse como fieras enfurecidas.
Poder y alhajas, retinas encendidas cuando reflejan sus objetivos, riquezas y
envidias, son la prueba. ¿No se dan cuenta de que les motivan anzuelos
envueltos en delicatessen?, encandilados por cosas materiales, solo objetos.
Olvidándose de la realidad. Sé que he fallado en algo, lo veo cada vez que
algún edificio salta por los aires, lo veo en cada éxodo, en cada niño que
llora al abandonar su hogar por el ruido de los disparos, lo veo en cada
asesinato, personas contra personas, sin mirarse al rostro.
Mi cabeza está al borde del
colapso, no sé cómo resolver los miedos. Ni siquiera dar solución a todo este
laberinto de egos en los que se ha convertido mi granja de humanos. Viven
juntos, pero entre ellos vagabundea el egoísmo, haciendo acopio de almas
errantes, que solo buscan la satisfacción individual, pues pocos son los que
levantan la cabeza para observar al prójimo, y los que lo hacen, se acaban
rindiendo ante dirigentes que les lavan las opiniones, apoyados por artimañas
que se despliegan desde televisiones, radios, internet, … Les terminan por
convencer, y olvidan por qué alzaron la voz en forma de protesta, amaestrados
como corderitos.
Los he visto defender la
libertad y la igualdad, creando democracias que debían ser la cuna de sus
destinos, pero acaban sucumbiendo ante dictadores, ocultos bajo las máscaras de
ídolos de barro: presidentes, cantantes, deportistas, oradores, youtubers, …
que poseen más poder que Dioses del Olimpo, capaces de roer sus cerebros y
calmar sus instintos de felicidad, pues les dotan de necesidades vacías.
Por hoy, ¡me rindo!, estoy
confuso y aturdido…
JYDC (Sin palabras mudas)
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